Un pedacito de realidad

Este es un vídeo experimental. Dejé esta cámara trabajando sola en la boda de Carla y Teo, mientras yo grababa la reacción del novio desde otro punto de vista, con un plano más cerrado. Me sorprendió mucho encontrar este plano posteriormente. Se trata de un pedazo de pura realidad. Un pequeño fragmento de realidad virgen, intacta. Esta cámara estaba situada con intención, pero al no haber ningún operador detrás, ni nadie que dirigiera la acción, podía haber ocurrido cualquier cosa. Por tanto, tiene parte de azaroso, porque la realidad es azarosa también. El resultado es un plano imperfecto, pero eso lo hace hermoso también, porque los seres humanos somos imperfectos y vivimos una realidad imperfecta.

Vista así la entrada de la novia, sin manipulaciones de ningún tipo, descubrimos en primer plano el trabajo de los profesionales, los nervios, idas y venidas. La cámara en pantalla apunta hacia la izquierda, incluso el foco alumbra hacia algo que no vemos, pero que esperamos: Carla. No podemos ver a la novia, pero todo gira alrededor de ella, y paso a paso, nota tras nota, sabemos que está entrando en la vida de Teo. A medida que se acerca, aumenta el caos y la tensión alrededor del gran momento que está a punto de suceder.

Todo ello es pura verdad, pero resulta más interesante el segundo plano, la mirada atenta y emocionada del novio, ajeno a todo cuanto le rodea. Es uno de los momentos más importantes y emocionantes de su vida, que ciertamente cambiará a partir de este momento, para siempre. Esos ojos llorosos, esa mirada segura, ese sobrio y tenso silencio inicial, que casi puede pesarse, previo a las primeras notas del organista. Voces de niños, una tos, el crujir de la madera. Un saludo y unas palabras que se intuyen. Un abrazo que se pierde. Finalmente, un giro de 180 grados y una pareja que camina por primera vez, juntos, y desaparecen del plano hacia el futuro.
Y silencio.

En definitiva, un pedacito de realidad, un pedazo de vida. Gracias infinitas a Carla y Teo por hacernos partícipe de ella. No la olvidaremos nunca.